MERCADOS VS
CORONAVIRUS
Por Víctor M. Navarro
Con fechas inciertas, datos poco
confiables y programas deslumbrantes por su ineficacia, los 329 mercados
públicos de la Ciudad de México han empezado paulatinamente a reiniciar su
actividades de venta y abasto; algunos de estos inmuebles cerraron en su
totalidad durante periodos de uno a dos meses, otros parcialmente cesaron su
dinámica comercial, por sugerencia o mandato de alcaldías y gobierno de la CDMX
sólo quedaron abiertos al público los giros llamados esenciales como carne,
pollo, verduras, legumbres, abarrotes y comida preparada para llevar. Aun
cuando comerciantes y locatarios están iniciando la reactivación de sus
negocios, sigue la contingencia en niveles altos, hay semáforo rojo y la
epidemia continúa cobrando víctimas, esto obliga a extremar las medidas
sanitarias y poner mayor cuidado en el reinicio de la actividad comercial en
convivencia con compañeros y público consumidor. Nuestros mercados públicos,
estos históricos centros de abasto no están ajenos a una situación nacional, a
un escenario mundial, el covid-19 nos ha dejado expuestos a varias epidemias,
la más letal el odio irredento del hombre hacia el hombre. La especie en su
máxima degradación. Una epidemia dirigida, manipulada, sobre dimensionada, ha
sido el arma para desatar una guerra expuesta por las economías dominantes para
implementar su poder económico y político. Por ello la manipulación, la
desarticulación económica de las naciones, el miedo inyectado a grandes dosis,
la infodemia opera devastando a la humanidad, y los países o se someten o se
someten. Una OMS al servicio de las familias poderosas ha sido la encargada de
sembrar y hacer crecer la pandemia del sometimiento y el miedo. Y quién gana en
este mar revuelto por la crisis, a nivel mundial los grandes consorcios, el
Bando del Tesoro, las familias millonarias, los dueños de laboratorios, de la
tecnología. A nivel nacional nuestra inefable clase política, los conglomerados
comerciales de inversión extranjera y nacional; los empresarios van tejiendo su
red para capitalizar la tragedia. A nivel local, en la Ciudad de México los
mercados públicos viven otra contingencia histórica para poner a prueba
nuevamente a esta estirpe guerrera, el gremio comerciante ha sorteado pestes,
debacles económicas, desmoronamiento del peso, la nefasta burocracia
institucional y la sempiterna competencia salvaje de la iniciativa privada. La
IP con la bendición o contubernio lo cual es lo mismo, de autoridades,
instituciones como Hacienda, el SAT, alcaldías, gobierno local y federal, nunca
cerraron sus tiendas de autoservicio, de conveniencia o supermercados donde se
vende de todo y para todos, mientras en los vituperados mercados operaron
restricciones, prohibiciones y poca, poquísima atención a sus necesidades de
sanidad y sobrevivencia. Ahora, si los apoyos económicos tan anunciados en
préstamos, seguros de desempleo y apoyos económicos empiezan distribuirse de
manera efectiva, si el protocolo sanitario –al cual por cierto aportó un sólida
propuesta el MONACOSO, Movimiento 17 de marzo, conformado por los mercados de
la CDMX- se lleva a cabo con alta participación de SEDECO y alcaldías, si
cuando pasemos del semáforo rojo al anaranjado se estructuran campañas de
promoción y publicidad para nuestros mercados, este deplorable panorama
mejorara notablemente. Como lo hemos dicho antes en esta columna, las
autoridades tienen nuevamente la posibilidad de demostrarle a la comunidad su
no equivocación al favorecerlos con su voto para administrar este tronco vital
de la economía local que se llama EL PEQUEÑO COMERCIO o los mercados de tu
colonia.