jueves, 25 de junio de 2020

navarriando

MERCADOS VS CORONAVIRUS
Por Víctor M. Navarro
Con fechas inciertas, datos poco confiables y programas deslumbrantes por su ineficacia, los 329 mercados públicos de la Ciudad de México han empezado paulatinamente a reiniciar su actividades de venta y abasto; algunos de estos inmuebles cerraron en su totalidad durante periodos de uno a dos meses, otros parcialmente cesaron su dinámica comercial, por sugerencia o mandato de alcaldías y gobierno de la CDMX sólo quedaron abiertos al público los giros llamados esenciales como carne, pollo, verduras, legumbres, abarrotes y comida preparada para llevar. Aun cuando comerciantes y locatarios están iniciando la reactivación de sus negocios, sigue la contingencia en niveles altos, hay semáforo rojo y la epidemia continúa cobrando víctimas, esto obliga a extremar las medidas sanitarias y poner mayor cuidado en el reinicio de la actividad comercial en convivencia con compañeros y público consumidor. Nuestros mercados públicos, estos históricos centros de abasto no están ajenos a una situación nacional, a un escenario mundial, el covid-19 nos ha dejado expuestos a varias epidemias, la más letal el odio irredento del hombre hacia el hombre. La especie en su máxima degradación. Una epidemia dirigida, manipulada, sobre dimensionada, ha sido el arma para desatar una guerra expuesta por las economías dominantes para implementar su poder económico y político. Por ello la manipulación, la desarticulación económica de las naciones, el miedo inyectado a grandes dosis, la infodemia opera devastando a la humanidad, y los países o se someten o se someten. Una OMS al servicio de las familias poderosas ha sido la encargada de sembrar y hacer crecer la pandemia del sometimiento y el miedo. Y quién gana en este mar revuelto por la crisis, a nivel mundial los grandes consorcios, el Bando del Tesoro, las familias millonarias, los dueños de laboratorios, de la tecnología. A nivel nacional nuestra inefable clase política, los conglomerados comerciales de inversión extranjera y nacional; los empresarios van tejiendo su red para capitalizar la tragedia. A nivel local, en la Ciudad de México los mercados públicos viven otra contingencia histórica para poner a prueba nuevamente a esta estirpe guerrera, el gremio comerciante ha sorteado pestes, debacles económicas, desmoronamiento del peso, la nefasta burocracia institucional y la sempiterna competencia salvaje de la iniciativa privada. La IP con la bendición o contubernio lo cual es lo mismo, de autoridades, instituciones como Hacienda, el SAT, alcaldías, gobierno local y federal, nunca cerraron sus tiendas de autoservicio, de conveniencia o supermercados donde se vende de todo y para todos, mientras en los vituperados mercados operaron restricciones, prohibiciones y poca, poquísima atención a sus necesidades de sanidad y sobrevivencia. Ahora, si los apoyos económicos tan anunciados en préstamos, seguros de desempleo y apoyos económicos empiezan distribuirse de manera efectiva, si el protocolo sanitario –al cual por cierto aportó un sólida propuesta el MONACOSO, Movimiento 17 de marzo, conformado por los mercados de la CDMX- se lleva a cabo con alta participación de SEDECO y alcaldías, si cuando pasemos del semáforo rojo al anaranjado se estructuran campañas de promoción y publicidad para nuestros mercados, este deplorable panorama mejorara notablemente. Como lo hemos dicho antes en esta columna, las autoridades tienen nuevamente la posibilidad de demostrarle a la comunidad su no equivocación al favorecerlos con su voto para administrar este tronco vital de la economía local que se llama EL PEQUEÑO COMERCIO o los mercados de tu colonia.

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