Foto: Presidencia de México
Por Víctor M Navarro
Periodistas Unidos. Ciudad
de México. 10 de julio de 2020.- Como ocurre desde
hace dos años, todo movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador,
mueve las fibras sensibles de detractores y los todavía amplios sectores que
creen y confían en su quehacer político. En esta su primera salida fuera del
país, es sintomático el hecho de ser una visita a Donald Trump en Washington
D.C.
La relación de AMLO con el mandatario estadounidense parte de
una crítica severa enunciada en campaña, pasando por una etapa de conciliación
política y ahora aterriza en la actual propuesta de colaboración con base al
arranque del T-MEC.
Trump en el imaginario mexicano tiene, sin duda, los bonos muy
bajos. Su lamentable fobia manifiesta a mexicanos y centroamericanos, su
empecinamiento para construir el deplorable muro, una imagen de pelirrojo
rubicundo bastante aberrante y esa estampa del gringo prepotente alimentado de
sándwich y coca cola, haciendo declaraciones infortunadas y racistas, es una
cachetada en pleno rostro de nuestros connacionales.
Pero la política es un terreno pedregoso de estrategias
cambiantes, de alianzas y rompimientos, de reacomodos conforme avanza el
ejercicio del poder. Sin duda después de estos aciagos meses de pandemia,
Obrador vio en el Tratado mercantil con E.U. y Canadá una abierta posibilidad
de una recuperación optimista y más o menos rápida para la economía nacional,
un bálsamo para un país devastado pero no doblegado, el cual con sus asegunes
quiere intentar la tan necesaria regeneración económica.
Parte de esta estrategia es concretar vías de colaboración entre
empresarios norteamericanos y mexicanos, dejar ver que la esfera de los
negocios y la inversión advierte buenos tiempos.
Para Trump esta visita alimenta su desbocada carrera a la
reelección, López Obrador tiene como misión lidiar con un espaldarazo
incómodo en la perspectiva electoral del país del norte, el cual ha
causado clara incomodidad en el ala demócrata. Joe Biden supera al presidente
Trump al menos con 10 puntos en la intención del voto, sus filas han
visto con recelo esta visita, aún cuando saben, lisonjas aparte, se trata de un
juego de interese en el cual ellos son muy avezados.
Biden entiende y conoce este panorama, donde los intereses
mutuos entre los dos países, serán los cuales finalmente dictarán los
derroteros en las futuras relaciones de intercambio. Aquí salta la duda, si la
visita y el acercamiento a Trump le restarán popularidad y credibilidad a AMLO,
o si bien como lo ha hecho hasta ahora logra capitalizar esta su primera gira
internacional como un valioso punto a su favor, aún mejor, a favor de la
reactivación económica de México.
MI PERSONAJE FAVORITO
Y para no salirnos del tema USA, nos llega la noticia y
próximamente el paquete completo: en Miami, Florida fue detenido el
exgobernador de Chihuahua César Duarte, simpático personaje de la política
mexicana que llevaba cuatro años a salto de mata.
Prófugo de la justicia, Duarte acumula varias acusaciones de
malversación de fondos, desvíos de recursos públicos por 1200 millones de
pesos, 14 millones por peculado electoral, 6 mil millones por desfalco al
erario, y al menos 20 órdenes de aprehensión. Además este flamante priísta se
cree participó activamente en la llamada operación Safiro, en la cual junto con
los gobernadores de Colima, Durango, Estado de México y Morelos, así como con
tricolores de la entonces Delegación Milpa Alta desviaron 650 millones de pesos
para la elección de 2015.
Bonita familia, varias de estas operaciones realizadas a través
de empresas fantasmas estaban apoyadas por el Sistema de Administración
Tributaria (SAT) comandado por el inefable hombre del sistema Luis Videgaray.
La pregunta, para nada ociosa, es el papel desempeñado en esta
tragicomedia mexicana por el expresidente Peña Nieto. Varios analistas
políticos han calificado a México como un país maniatado por el crimen
organizado en sus diferentes facetas, el crimen organizado asentado en la
política, en grupos empresariales, en los cárteles y hasta en sectores de la misma
sociedad.
El caso Duarte nos ofrece una ventana más para vislumbrar las
posibilidades existentes de erradicar, al menos paulatinamente, esta ominosa
corrupción incrustada cual pandemia en varias, muchas facetas de nuestra
historia de algunas décadas a la fecha.
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